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Las competencias para desarrollar la inteligencia emocional

Actualizado: 19 oct 2022




La inteligencia emocional es mucho más que un conjunto de enfoques y estrategias que sirven para identificar y gestionar mejor nuestras propias emociones. Hablamos sobre todo de adquirir una verdadera conciencia emocional con la que construir relaciones más fuertes y respetuosas, además de ser una llave de poder con la que nos percibimos más seguros, exitosos, productivos y felices.

Desde nuestra infancia, muchos de nosotros hemos sido guiados por el camino de la contención emocional. Casi sin saberlo, nuestros padres y educadores recomendaban que “no llores, eres mayor”, “si estás enojado, lo aguantas”.

La falta de sensibilidad hacia el mundo emocional propio o ajeno determina aún hoy muchos escenarios en los que vivimos día a día. En el ámbito familiar, este ocaso para camuflar emociones sigue muy presente, por no hablar de nuestros trabajos, donde siguen triunfando las organizaciones jerárquicas, encumbradas por líderes enfocados en el logro de objetivos inmediatos y creando un ambiente laboral agobiante y estresante.



Es importante que eduquemos nuestra inteligencia emocional y busquemos las herramientas adecuadas para desarrollarla, es un camino que se construye día a día y que tú y yo podemos lograr.

La respuesta a esta pregunta es que si, se puede aprender a desarrollar la inteligencia emocional y ayudar a su vez a nuestra salud mental; aunado a los beneficios físicos. Con el paso de los años aprendemos a gestionar nuestras emociones, sin embargo, podemos mejorar nuestras habilidades innatas para controlar las emociones negativas como el enfado o el odio y transformarlas en emociones positivas que nos hagan sentirnos más satisfechos con nosotros mismos. La persona que tiene la capacidad de aprender y de utilizar las habilidades, desarrollará su inteligencia emocional y podrá convertirse en un verdadero líder. Un líder que emplea la inteligencia emocional logra sacar lo mejor de cada persona, trabaja mano a mano con su equipo, motiva a todos, reconoce los logros y no se desconcierta cuando aparecen desafíos o cambios, sino que aprende siempre.





5 competencias para trabajar nuestra inteligencia emocional







• Conoce de tus emociones. Es importante estar atentos a los estados de ánimo y a nuestras reacciones ante las situaciones cotidianas, buscando establecer las conexiones con los estímulos que las provocan. Hay que lograr una actitud neutra, sin juzgar o rechazar lo que se siente, eliminando de nuestra percepción los pensamientos negativos.

• Controla tus emociones. Debemos tratar de controlar nuestros impulsos e inhibir los pensamientos negativos, libres de ansiedad, tristeza o irritabilidad exagerada. No se trata de reprimir los sentimientos, sino de lograr un equilibrio, ya que cada sentimiento tiene su función y utilidad.

• Motívate a ti mismo. El optimismo es uno de los requisitos claves para alcanzar nuestras metas. Esta capacidad se pone de manifiesto en las dificultades, en el cansancio, en la frustración, en el fracaso, cuando las cosas negativas abundan, es aquí cuando el hecho de mantener una visión positiva puede significar el éxito o el abandono de la meta. El desarrollo del optimismo y la autoestima está relacionado con las pautas de crianza y educación, por ello es importante establecer mecanismos para reforzar la expectativa de éxito del individuo.

• Saber reconocer las emociones ajenas. Es la capacidad que posee el individuo de captar los estados emocionales de los demás, es decir, la empatía. Es valioso tener conciencia de nuestros propios estados emocionales y lograr percibir los elementos no verbales asociados con las emociones de los demás, logrando detectar qué necesitan o qué quieren. La empatía constituye una habilidad social fundamental. Se trata de ponerse en el lugar del otro, sintonizar con sus sentimientos y necesidades.

• Control de las relaciones. Esta habilidad consiste en la capacidad de un individuo para relacionarse adecuadamente con las emociones de los otros. El requisito básico para llegar a controlar las emociones de los demás consiste en el desarrollo de dos habilidades: el autocontrol y la empatía. Estas actitudes sociales garantizan la eficacia en el trato a los demás y sin ellas estamos condenados al fracaso e ineptitud social. Al contrario, el desarrollo de estas aptitudes influye en la capacidad de inspirar, persuadir y profundizar en las relaciones con los demás.


Cuando aprendes a manejar un auto, a preparar una comida especial, aprobar un examen en tus estudios y hasta a utilizar una aplicación en tu celular, ordenador o table. Hay algo en común en todos los ejemplos anteriores; sabes del conocimiento que adquiriste y la práctica que haces para aplicar las habilidades y destrezas obtenidas. Así pues, también para desarrollar y potenciar nuestra inteligencia emocional debemos conocer, comprender y aprender todo lo relacionado con nuestras emociones; de esa manera estaremos conscientes y atentos a nuestras emociones internas y externas que hacen parte de nuestra inteligencia social.


Autor : César Alejandro Ferrer

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