La inteligencia espiritual es el nivel más alto, es la que nos permite superar el sufrimiento, dar sentido a nuestra vida y aprender de las experiencias positivas y negativas. Conectar con nuestro verdadero ser, más allá del ego y vivir contentos, amando nuestras circunstancias para después poder transfórmalas si es necesario.
Desarrollar nuestra inteligencia espiritual nos conduce hacia preguntas sobre el sentido y propósito de la vida y no esta necesariamente limitada a ningún tipo de creencias o prácticas en particular; todos podemos vivir plenamente, pero muchas veces no sabemos como hacerlo, es necesario desarrollar y potenciar nuestra inteligencia espiritual, entender, experimentar y despertar. Una de las tantas formas de potenciar nuestra inteligencia espiritual está relacionadas con:
Saber cuales son nuestros valores, en que creemos, que nos define.
Aprender a ser receptivos a lo que nos envuelve mediante una adecuada calma interna.
Actuar a partir de nuestros principios y asumir consecuencias.
Cultivar la compasión y la empatía.
Valorar a las personas por lo que son, aceptando aquello que nos diferencia.
Tener vocación hacia algo.
Atrevernos a defender nuestras convicciones y valores.
Ser humildes.
El psicólogo Gardner llegó a referirse en su teoría de las inteligencias múltiples, a un tipo de inteligencia a la que denominó: “inteligencia existencial o transcendente”. Según este investigador es “la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos, así como la capacidad de situarse a sí mismo con respecto a los rasgos existenciales de la condición humana como el significado de la vida, el significado de la muerte y el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la inmersión en un trabajo de arte”.
En otro orden de ideas la inteligencia espiritual es esa capacidad de dar respuestas a las preguntas ¿quién soy?, ¿qué hacemos aquí?, ¿para qué estamos? y ¿qué podemos esperar?, así encontrar un sentido profundo a la vida y permanecer alineados con los principios transcendentales. Y esta de alguna manera relacionada con la inteligencia emocional, porque la espiritualidad implica desarrollar una sensibilidad intrapersonal e interpersonal. Prestar atención a los pensamientos y sentimientos subjetivos y cultivar la empatía es parte de la vida espiritual interior.
Algunas claves para desarrollar la inteligencia espiritual
Meditación: es una de las mejores vías para acercarnos a nuestra espiritualidad y a encontrarse a uno mismo.
Contemplar: es una forma de meditación, contemplar un paisaje natural, el cielo, tu casa, tus hijos, un rio o el mar te ayudara con el silencio interior.
Admiración y gratitud: admirar y agradecer por cada nuevo día, por lo que tienes y por lo que no tienes también. Iniciar cada día con una nueva energía interna que fluya de ti.
Reflexión: reflexionar sobre tu día, tus semanas, lo que has aprendido, esta nos acerca a trabajar la inteligencia espiritual.
El arte, ejercicio físico, dialogo socrático, deleite musical y solidaridad.
La búsqueda del sentido de la vida es la motivación fundamental y más importante en el ser humano. La inteligencia espiritual nos vuelve humildes, honestos, responsables, compasivos y sobre todo nos hace libres.
Autor: César Ferrer
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Fuentes consultadas:
Howard Gardner, La Inteligencia reformulada: Las inteligencias múltiples en el siglo XXI, Paidós, Barcelona, 2007.
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