En todo ser humano, en cualquier momento de nuestra vida, surge la necesidad de hacer cambios para lograr nuevos resultados, en lo personal, familiar, profesional entre otros aspectos. A veces algunos cambios son forzados por situaciones externas, y en otras ocasiones son planificados por nosotros.
No importa cuales sean las circunstancias que nos rodean o momentos que nos toca vivir, lo importante es darnos cuenta de que la vida siempre no está impulsando hacia diversos desafíos.
En tal sentido, es importante recordar que todo cambio implica un movimiento de energía nueva en nosotros. Es quizás por eso que somos a veces muy resistentes a cambiar, por miedo a perder lo que ya hemos ganado. Es nuestra responsabilidad y debería ser la de evolucionar a medida que pasa el tiempo.
Cuando el cambio es la única opción Steve Jobs:
“Cuando creces te suelen contar que el mundo es como es y que lo que tienes que hacer con tu vida es simplemente vivir dentro de ese mundo. Intenta no golpearte demasiado contra esos muros. Intenta tener una buena familia, pasarla bien y ahorrar algo de dinero. Eso es una vida muy limitada. La vida puede ser mucho más amplia cuando descubres un hecho: todo lo que tus llamas vida a tu alrededor está compuesto por personas no muchos más inteligentes que tú y tu puedes cambiarlo, puedes influir en ello, puedes crear tus propias cosas para que otras personas puedan usarlas. Una vez que aprendas eso, nunca volverás a ser el mismo.
En el momento que entiendes que puedes empujar la vida, sabes que, si presionas un lado, algo saldrá por el otro lado, que puedes cambiar el mundo, puedes moldearlo. Eso es quizás lo más importante. Es dejar atrás esa noción errónea de que la vida está ahí y tú tienes que vivir en ella, en vez de abrazarla, cambiarla, mejorarla, y hacer tu marca sobre ella.
Creo que es muy importante, y como sea que lo aprendas, una vez que hayas aprendido, querrás cambiar la vida y hacerla mejor, porque hay muchas cosas en ella que están mal, de muchas formas. Una vez que aprendas eso, nunca volverás a ser el mismo”.
En otras palabras, uno no descubre nuevas tierras si no asume que perderá de vista la orilla durante mucho tiempo. Cuando hacemos cambios reales perdemos de vista la orilla antes de llegar a la siguiente, esta perdida puede ser catastrófica, y a veces puede sentirse como una perdida personal. Pero la realidad es que, aunque el cambio se siente personal, no lo es. El mundo sigue cambiando y afecta a todos, nos guste o no.
El filósofo de la Roma Antigua, Seneca dijo una vez. “Cada nuevo comienzo viene del final de otros comienzos”. Continuamente estamos haciendo intercambios en la vida. Desafortunadamente, si te resistes al cambio, estas intercambiando tu potencial de crecimiento por tu comodidad. Sin cambio no hay crecimiento.
Los cambios son caóticos, pero la vida es cambio. Nacer fue doloroso, aprender a caminar y comer fue doloroso. De hecho, la mayoría de las cosas que necesitas aprender para poder vivir fueron duras para ti. Pero no sabias otra forma de hacerlo e hiciste lo que necesitabas hacer para aprender y crecer. ¿Quieres evitar el dolor posible o soportarlo y buscar la oportunidad? Cada vez que asumes el cambio, hay una oportunidad para que puedas ir en una dirección positiva, hacer mejoras dentro de ti y abandonar viejos hábitos negativos y formas de pensar.
El cambio permite aprender como pensar, llegar a nuevas estrategias y construir tus relaciones. Sin cambio no hay innovación, creatividad o superación. Si estas abierto al cambio, tendrás una mayor oportunidad de manejarlo cuando llegue.
Autor :César Ferrer
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Fuente consultada:
Maxwell, J. (2005). A veces se gana, A veces se aprende: Buenos Aires: Editorial y R
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