Una buena valoración personal, y una percepción de sí mismo comprensiva puede ayudarnos a superar muchos baches de los que se presentan en nuestras vidas. Aunque el concepto de autoestima es muy utilizado en diversos ámbitos, desde el plano psicológico se puede realizar un análisis más profundo, sobre en qué consiste la autoestima, cómo nos influye y qué podemos hacer para mantenerla a flote sin que se derrumbe.
Qué es la autoestima
La autoestima se presenta como una capacidad, y como capacidad es posible desarrollarla. Por eso algo que prevalece en todas las definiciones, es que la autoestima es flexible y nosotros mismos tenemos la capacidad tanto para mantenerla como para aumentarla y disminuirla.
Entendamos que la autoestima depende de nosotros mismos, y de la capacidad que tengamos para poder comprendernos, valorarnos, amarnos y respetarnos. Es algo que puede estar en contante cambio o mantenerse equilibrado. Siempre y cuando hagamos de nuestra autoestima algo que no dependa directamente de las circunstancias, o de lo que otras personas puedan pensar acerca de nosotros. Sino más bien de algo propio que depende de cómo hayamos aprendido a valorarnos a pesar de las dificultades y fracasos que se puedan presentar.
Todas las personas poseen una proyección mental de quiénes son, cómo lucen, en qué son buenos y en qué son malos, y cómo los perciben los demás. Sea o no cierta esa descripción que hacemos de nosotros mismos, lo cierto es que se forma durante la infancia y sobre ella descansa nuestra relación con nosotros mismos.
Algunos consejos para atender nuestra autoestima:
Evitar la comparación. Entender que cada quien hace lo que puede con lo que le tocó en suerte.
Ser realista. Respecto a las metas propuestas (que sean alcanzables y a corto y mediano plazo es mejor), pero también a los defectos y virtudes (no agrandarlos ni minimizarlos).
Hacer las paces. Con el pasado y los errores cometidos, con los daños recibidos o con lo perdido. Es indispensable dejar ir para poder vivir en el presente.
Defender lo propio. No ceder a las peticiones ajenas que contradigan lo que deseamos o queremos, ni renunciar a lo que buscamos por simplemente recibir aprobación.
Tener una buena autoestima es fundamental para las personas, tanto en la consecución de llevar una vida como quieren y cumplir sus objetivos, como en su crecimiento personal. En este sentido, la autoestima es importante, porque tenerla en equilibrio nos ayuda a confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades y habilidades para así poder marcarnos objetivos mucho más reales de lo que realmente queremos y confiar en que podremos conseguirlos.
Entonces, esto nos activa en la perseverancia, la confianza, para que la persona se sienta capaz y luche por los objetivos que tiene con la finalidad de que pueda tomar el control de su vida. De esta manera, podrá decidir lo que quiere para no llevar una vida marcada por lo que esperan los demás de ella, o bien en agradar a los demás y tomar las decisiones basadas en los demás que no en uno mismo.
Por : César Ferrer
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Fuentes consultadas :
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